10 de febrero de 2009

LA HIPOCONDRÍACA

- ¿Otra vez por aquí, Azucena? ¿De qué se trata hoy?
- Me duele aquí.

-¿Al final no acudió usted a la cita con el especialista en Hipocondriasis que le recomendé?
- Me duele en forma de rayos y puntos suspensivos, alternativamente. Es como si me estuviera estallando una tormenta por dentro justo en toda esta zona, pero llega a ser casi agradable, ¿sabes?
- Debe ser cosa de la digestión, querida, puedo recetarle algo para facilitar la expulsión de gases.
- No son gases. Esto no se parece a mis dolores de siempre.
- Supongo que lo dice por lo de que es casi agradable...
- No sabría decirte. La verdad es que no sé cómo explicártelo.
- ¿Lo había sentido antes?
- Me recuerda a cuando era jovencita y me cosquilleaban los versos en el estómago, y hasta que no le escribía a mi Julio un poema no se me iba el ardor.
- Escriba un poema, entonces.
- Hija, hace mucho que olvidé los endecasílabos. Ahora sólo me queda el dolor.

9 comentarios:

Carz dijo...

Hay habilidades que son como montar en bicicleta... sí, al final acabas partiéndote la crisma :P

Un beso, mija.

Jaime dijo...

Precioso!!
Este me lo guardo, je, no sea que le de por irse otra vez ;)
Qué bonito, Lau... estoy con una sonrisilla de las de cuando le escribía a mi Julia.
Besazo.

Anónimo dijo...

lau, cielo, qué contento estoy con tu reaparecer! ya sabes que tenía solo 10', así que ya volveré, pasé solo para dejarte mis nuevas señas ;)

Anónimo dijo...

Genial Lau!!

Anónimo dijo...

Si Azucena pudiese leer las vísceras de Julio se le pondrían los ojos efervescentes con tantos mg. de Almax para las úlceras que ha provocado el déficit de endecasílabos.
Por prescripción facultativa, se recita tetrásforos monorrimos a sí mismo. Cada hemistiquio es un suspiro que no va al aire, porque éste le falta.
Excelente post, querida.

Anónimo dijo...

jo, yo lo único que sé hacer con el dolor es vomitarlo. aunque eso puede llevar a la bulimia emocional, sin duada



P.P.: que contento me tienes volviendo a corretar por el cibermundo ;)

Mauro dijo...

Azucena debería dejar el alcohol, el cigarro, y en general, evitar la compañia de personas de vida licenciosa y disipada, como poetas y escritores de blogs, así podría evitar contagios de úlceras y dolores tripísticos varios que produce el parto de las letras.

Si quiere una vida madura, sana y sin gases, nada mejor que tomar leche, se duerma temprano y evite excesos varios. Así, tal vez pondrá puntos suspensivos a tanta hipocondría, pero seguramente nunca punto final al ardor y cosquilleo que nace de vez en cuando para impulsar a escribir.

Besos.
Atte.,
Yo, majorero.

Anónimo dijo...

Vaya Lau, que bueno... me sorprendes a cada vez.

Por cierto, gracias por la charla de ayer, reconforta saber que eres tan buena persona como escritora.

Besos abulenses para mi chicharrona favorita!

Anónimo dijo...

Una matización, Victor: Laura es una magnífica, extraordinaria escritora. Pero es mejor persona.
Hay que ver qué estúpidas, vacuas, pretenciosas palabras escribí más arriba!!
He de ser fiel a mí mismo y dejarme de gilipolleces.
Me duele el hígado. Tengo un sabor amargo en la boca. No he bebido. Ya se pasará.
La cancion que puso danikardone me pareció poco adecuada para soundtrack del último post. Luego, escuchándola mejor, sí me pareció al caso. Pero al final creo que no, no va..
En la cancion de The cure el tío lucha entre la atraccion (la pasion) y su deseo de verse libre. Repite y repite que desea que ella, la besadora, muera.
En el texto de Laura el tipo se resigna a ser otro cadáver en aquel mar. Bueno, últimamente no estoy muy fino interpretando textos y me suelo confundir.
Hay una canción de Cohen, que aunque no coincide en lo esencial, sí refleja esa resignacion:
Confined to sex, we pressed against
The limits of the sea:
I saw there were no oceans left
For scavengers like me.
I made it to the forward deck.
I blessed our remnant fleet –
And then consented to be wrecked,
A Thousand Kisses Deep.
Otro dia lo traduzco. Me duele el hígado ahora.