14 de mayo de 2009

Pertenencias varias

Tengo un suburbio cosido a golpe de pala
la cera de abeja en la sien,
un tugurio en las afueras.
La presión de la tierra
en las esquinas del nicho.

Tengo un límite incrustado en el pecho
una acotación numerada
el cerco donde se construirá el manicomio
cuando me herede a mí misma.

Tengo una arteria imberbe
un juego de velas roídas
el café enfriándose
y esas dos piernas de hombre
con las que nunca supe qué hacer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra verte de nuevo. Este no lo había leído. Me gusta.

Bye!!

Mauro dijo...

Me gustó el límite que encuadra el pecho y lo acota numeradamente.

Agobiante.

Saludos Laura

herrero dijo...

De los mejores poemas que te he leído.
Bueno, has ecrito muchos mejores poemas.
Me quedo con "el café enfriándose". Ese verso me ha gustado mucho.
Mi madre le llama "borretios" a las borras o posos del café, pero esa palabra no aparece en ningún diccionario.
Claro que mi madre tampoco aparece en ninguna enciclopedia.