4 de junio de 2009

De huídas y regresos

Si pudiera huir,
sigilosa
me hundiría entre tus sábanas,
toda piel y principio.
Me untaría tus párpados
dejaría que me arropases
el vientre con tu saliva
y por fin dormiría tranquila
entre tus labios
y tu esquina del mundo.
Pero delante de cada huída
resuena un estrépito de campanas
que me señalan
y gritan a la vez
que soy yo
la chica de las pesadillas.
Me prenden los guardas de tu puerta
siento estallar con rabia
sus botas contra el pavimento,
les noto el fango en la voz.
Me arrastran de vuelta
a mis abismos
y hay otra noche más
en que eres libre.

Y es otra noche más
la que estoy muerta.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

coño, qué bonito...
y qué feos los putos guardias con sus botas de mierda (por guardias, que las botas no tienen culpa alguna)

A pena grande dijo...

huir huir toda mi vida fue huida. Ultimamente, hacia adelante
Lau, la chica de las pesadillas.
Me siento muy coartado para dejar mis cada vez pésimos comments.
Uno no sabe qué escribir. Tampoco es que se pierda mucho.
El poema, muy bueno.

Anónimo dijo...

Quisiera matar a los guardias de esa puerta. Quisiera que por fin entraras un día, limpia de todo, para no volverte a ir (o al menos no por mucho tiempo)

El ser libre está sobrevalorado, cuando lo que se desea es estar encadenado a otra persona, como un ser indivisible.

Por favor, no te sientas muerta nunca Laura. Remember you are the best paint live ever made...

Nada más. Buenas noches.

Reina del Mango dijo...

Ay, Laura, yo creo que le he encontrado una banda sonora (con tu permiso, of course) a este blog. Es una canción de Jorge Drexler que habla del sur, pero no recuerdo el título. Te la busco y a ver qué te parece. encantada de conocerla, oiga.

Anónimo dijo...

Hola niña, hacía mucho que no te visitaba, te dejo besitos y un remolino de pieles y de abrazos...

-vir-

Joaquín Artime dijo...

Es precioso. Sólo te puedo decir: Atrápalo!

herrero dijo...

En sus sábanas no me hundo. Salgo a flote. No huyo anymore. Mastico las espinas de la rosa de los vientos y mis encías se purifican con salitres como pezones al socaire de fortuna.
Hermana, no rechaces la mano de la carne de tu carne.
Deja esos presagios para pitonisas sin entrañas y catalejos rotos. Bajo el subsuelo aflora un manantial que fluye por mis poros agostados. Leva el ancla, Lau. La mar está en calma.
el_padre_de_tu_Rufus_y_su_madre

La paciente nº 24 dijo...

Esquivar cornisas, desdoblar esquinas, encontrar una puerta con centinelas, la llave de las pesadillas que te arrastra de vuelta. También muero abismos mientras alguien se libra/libera…de mí.

Me ha EN-CAN-TA-DO.