15 de junio de 2009

Vocación

Si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada
("Me basta así" Ángel González)


Quiero que midas cada centímetro de mi piel
con vocación de sastre
y te construyas un traje a mi medida
y me vistas de ti esta madrugada.
Bailaremos con mi vestido nuevo
lo rasgaremos tantas veces
que quedarán apenas
unos rastrojos de tela
aderezando la alfombra.
No importa.
Agitados y exhaustos
descansaremos sobre las sábanas
y entonces
sé que querré
que me saborees con vocación de gourmet
que me cocines lenta y dulce
entre tus manos
tu lengua me probará
y me repetirás infinitas veces
siempre la misma y siempre diferente
hasta que, saciado y ebrio
seamos –yo partes, tú todo-
sobre el colchón.
Y sé que entonces querré
que me ames
con vocación de ti.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

A esto paso de añadir nada más.

Sólo AMÉN.

Laura Escuela dijo...

ave maría purísima
sin pescado concebido

Ego dijo...

Yo, devota de una religión pagana, ya no pongo rosas de rela sobre el colchón. Se pegan en la ropa. No lubrican nada.
Tengo vocación de algo grande, pero aún no sé decir de qué.
Un bexo encontrado

hadanevada dijo...

que bien escribes, que bonito suena todo ese banquete, que bien huele, que apetecible....
gracias por tu visita....estamos cerca, veo que eres de la laguna...
un beso, volveré...

Joaquín Artime dijo...

Mmmmmm!

Anónimo dijo...

si, claro, y ahora quien va y se conforma con el prêt-à-porter?
no te jode... xD

Reina del Mango dijo...

Si Ángel González levantase la cabeza, pediría ser Dios para inventarte una y otra vez.

Anónimo dijo...

Me ha gustado como has sido deglutida y degustada por tu amante de turno. ¿Es un amante imaginario o existe en la realidad? Da igual, exista o no, a mí me gustaría que me escribiésen esas cosas.

Saludos poéticos y espero leer pronto cosas como esta.

Carz dijo...

A mí me gustaba amar con vocación de oxígeno. Entrar por su nariz o boca y meterme en sus glóbulos rojos... y diluirme (dentro) de sus pensamientos.

Hermoso texto.
Un beso.

La paciente nº 24 dijo...

Tú tienes vocación de hilo ¿O de filo?