6 de febrero de 2010

De dónde. Adónde...


Me preguntas de dónde vengo

Vengo de pasear mi pobreza por las callejas oscuras

De tantear la sequedad del aire con los ojos muy abiertos

y ver las canciones caer

muertas

como en un otoño rezagado

Pienso a veces que llevo el otoño entre los dedos

sobre todo cuando rescato el tacto de tu espalda

cuando rasgo con las uñas el musgo que puebla los adoquines de tu casa.

Me preguntas de dónde vengo

Han sido muchos los pasos desiguales

las mismas manos cortadas

los mismos muros armados

no quiero saber de dónde vengo

Pregúntame adónde voy

No me lo preguntas

amor

porque no quieres saber

no quieres saber

que no eres tú mi destino

que no caeré de rodillas ante tu puerta

mojada y triste

no buscaré pececitos en las fuentes

para que nos naveguen los labios

No

Yo tampoco quiero saber

Así que quedémonos así

Mira qué dos sombras las nuestras

pájaros tristes sobre el pecho de nadie



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Madre, demoledor. De verdad.

Me ha encantado. Y me ha llegado.

a pena grande dijo...

A nosotros nos pasa lo mismo. A la proapetaria de mi corazón y a mí. Pero nuestros pájaros son alegres. Y nunca se nos ocurriría ponernos de rodillas.
Si un día discutimos, por ejemplo, anteayer, enseguida acudimos a la puerta del otro y nos excusamos:
- La culpa fue mía. Me equivoqué de etimología. Consulté el diccionario equivocado. No me dejes, por favor. Y si me dejas, al menos, no me olvides. O si me olvidas, recuérdame como un tipo guapo y robusto.
(Eso lo digo yo, ella ni de coña diría lo de "No me dejes, por favor". No forma parte de su acervo expresivo, y perdería mil puntos si tal dijese).
Ella dice:
- Estoy dejando de fumar y me irrito fácilmente, estúpido. Ya sé que me he pasado, pero no ha sido para tanto, escoria.
Nos vienen muy bien estos enfados sucintos. Diría que los tenemos programados. Es un soplo de aire entre tanto "y yo más a ti", que al cabo resulta irrespirable. Tanto amor sofoca a cualquiera.
Yo me vengo para casa hecho una canción otoñal, ella se preocupa ma non troppo. Yo le saco partido a la amargura, vaciando esas botellas que se habían quedado medio llenas. Ella va de su corazón a sus asuntos atrasados.
Por cierto, voy a apuntar que el 7 de marzo toca enfado. No sea el demonio que nos instalemos en un botafumeiro.
Lau, lo de los pececitos que no navegarán en los labios.... qué buena eres!!

Laura Escuela dijo...

realmente el poema está basado en un poema de cortázar, apenagrande, no es mío el mérito del pececito. Léete "el niño bueno"

un besito

Shandy dijo...

Laura, te leo con frecuencia en silencio. Me gusta tu poesía. Los últimos versos son magníficos, esa imagen de "pájaros tristes sobre el pecho de nadie" es dulzura doliente que permanece en esta lectora:

No

Yo tampoco quiero saber

Así que quedémonos así

Mira qué dos sombras las nuestras

pájaros tristes sobre el pecho de nadie

Mauro dijo...

Que gran poema te has parido laura. Matriarca, no necesitas padre, es todo, todo tuyo.

Me preguntas de donde vengo. A mi, que nunca he salido ni llegado a algún parte. Soy simplemente de aquí, de la patria que siempre estuvo, la que sutura cada vena que la vida ha separado.

La paciente nº 24 dijo...

Pajaros tristes picoteando, alimentándose de qué.

[Me pregunté por tu pelo rizado y ahora entiendo que son todas tus interrogaciones, que te afloran hasta en el cabello.]