24 de abril de 2010

La primera cita

A Joaquín, porque dice que hay que tener cuidado con lo que se desea

Era la primera cita. Él preparó la cena. Escogió el vino.
No dejaron de mirarse a los ojos.
Se sentían tan libres, tan vendidos al amor, que desearon fervientemente que aquel momento durase para siempre.
Allí permanecen aún. Hermosos, a la sombra de las velas.
Con la sopa eternamente fría.

5 comentarios:

Joaquín Artime dijo...

Lo ves... Lo ves... Jejeje. Gracias, coshita. Me ha encantado.

Mauro dijo...

Tipos que se quedan mirando congelaos mientras la sopa hace nata.

Tipos que de tanto sólo mirarse se intentan ahogar olvidando que l@s siren@s no se ahogan en el mar.

joder laura, que no puede ser tan malo (o si?)

La paciente nº 24 dijo...

Esos eran Mafalda y su novio; no es dejaran enfriar la sopa, es que no les gustaba, estaban a otro cosa. No sé cómo enseñarte la lengua con palabras, umm, ahmm, umbmb, pero te la enseño, eso.

a pena grande dijo...

Jeje,, por fin le vi la lengua a la paciente nº 24.
Umm, ahmm, umbmb, aaaahhhhmmmmmnnn.
Me gustaría que un día la paciente nº 24 me pasase un cocktail de los que se manejan en su hipotético lugar de retiro. Tomarlo, y que se me olvidasen muchas cosas para siempre.
Gracias, paciente nº 24, tu umm, ahmm, umbmb fue lo más vivificante que oí en las ultimas horas. O días.
Todo el mundo debería tener al lado a alguien tan franco y outspoken como nuestra paciente nº 24. Gente que nos advirtiese de que estamos siendo tontos tontos tontos.
Un beso, Lau. Cuando un texto no me parece digno de ti, me lo trago aunque esté frío.
¿Se notará que hoy tengo un borrascoso?

a pena grande dijo...

Un día borrascoso.
Lau, no sé por qué, al leer tu post, pensé que acababas de ver la última peli sobre Alicia. Ni idea. Ayer lo leí y no se me ocurrió esto.