Extiendo la mantequilla sobre los ojos
hartos cansados rojos ambiguos
tanto llorar y tanta barbilla en el gesto absurdo
de no decirte ven por favor sácame de aquí llévame cerca
donde no pueda escucharme
soledad y todos sus frutos maduros
cayendo desde más alto cada vez
y la mantequilla tan grasienta y cálida
apresurada sobre las yemas ásperas de estos dedos
que reconocería en las manos de una enferma
o de mi madre
y que sin embargo son tan propios que parecen tuyos
nuestros dedos grasientos de mantequilla
mantequilla en la frente y en el pelo
atropellando sombras hidratando piojos maldiciendo caspas
hasta el nacimiento mismo de tu mano que no está
alisando mis rizos con aires de tumba y jazz
no está no está no está no hay nadie
y no hay pan tierno no hay agua
no hay alfombras
solo mantequilla
sobre las uñas y el vientre
en el dolor primero del parto abisal
del que nacen los pececitos rojos de la fuente
en eterno arder y hundirse
y tu lengua
corroída ya por mis pestañas carcomas
y tu pelo de madera
íntegro y cabal inexistente
observando desde su atalaya azul
los movimientos sinuosos y precisos
de los gusanos de mi cuerpo
untando todas las baldosas
mantequilla
el frío en las arterias
mantequilla
3 comentarios:
"Sácame de aquí"
"Llévame donde no pueda escucharme"
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El verso
"atropellando sombras hidratando piojos maldiciendo caspas"
tiene el mismo ritmo, la misma sonoridad de algo de Jose Afonso:
"convocando farpas, chamando o telefone, matando baratas"
(las "baratas" son las cucarachas").
.
,
A fúria crescia
clamando vingança,
nos degraus de Laura
No quarto das danças
na rua os meninos
brincando e Laura
na sala de espera
inda o ar educa.
http://www.youtube.com/watch?v=Q805gD44PnY
Es del todo antiproducente, mira, ¿cómo quieres que vaya si su pelo es de madera y tus estañas carcomas? Al menos no se te derrite el vientre, sería mucho peor que la hipertensión de tus arterias.
[Yo también me acuerdo de ti, eres del todo inolvidable]
Si me lo permites, me hago con un poco de la mantequilla de tus párpados, me unto un platito de té y me lo como. Día tras día, en un ritual, en el que más pronto que tarde, volverás a ver.
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