Un día cualquiera
tocaré a tu puerta
con las minas entre los dientes
a punto de estallar
Me abrirás
con las legañas entretejiendo el sueño que interrumpí
y sonreirás a medias
No preguntarás
qué por cómo hacia cuándo desde quién
No preguntarás
Me ofrecerás las últimas naranjas
del árbol que inunda tu cocina
y desgajarás mi ropa
mojada de siglos de monstruos y lagunas
Recordarás a mi piel el lento idioma de la lluvia
lengua y dialecto de tu saliva encendida
y te dejaré hablar hasta que el tiempo calle
agotado de gastarnos el llanto
Temblaremos un frío de memoria
las naves vagarán bajo la cama
sin saber hacia dónde navegar
se asustarán las salamandras y las flores
y nos iremos a morir
lentamente
allá donde se cierran párpados y mantas
allá donde se canta por no sangrar
Me abrirás
un día cualquiera
y el invierno entre los dientes
a punto de estallar