25 de octubre de 2009

Hala

Renuncio a tu pelo
con la gravedad de un pétalo arrancado
de un átomo con vocación de nube
Vuelco los infinitos sobre mi lengua
mientras me besas los dientes
afilados en rabia amarilla y díscola
Te atreves a desnudarme
inquieto y desazonado
buscando en el centro de mis ojos
un pedacito de memoria dulce
de aquellos tiempos en que el amor se pintaba en césped
No te acojo entre mis brazos
ni te asumo como mío
como acontecido en mí
No eres no quiero que seas no estás no te ven mis poros
recontados por enésima vez tras tu partida
renuncio a tu pelo
somos no-sotros
apenas heridos por los octubres que no acuchillaremos
apenas conscientes
sino en muda traslación
de cuerpo celeste a cuerpo infernal
distando lo mismo del centro del círculo
eternamente girando
impasible yo
tú desangrado
engañados
como si la primavera pudiera llegar
con sus manos de nata
sin recordarnos que antes de rendirnos fuimos eternos
como si fuera posible
que los sauces dejaran de llorar
sus ramas enfebrecidas apuntando al núcleo de la tierra
a nuestra virtud de sordos
renuncio a nuestros labios congregados tantas veces
ahora disueltos en piedra
a las cadenas de eslabones en interrogación
a la certeza de una juventud a punto de caerse lentamente
de todas las ramas del mundo
renuncio a tu pelo
te quiero
como a la evidencia de que todos tus huesos fueron míos
y todos mis huesos están ciegos

4 comentarios:

Joaquín Artime dijo...

Es precioso, niña.

Anónimo dijo...

Es hermoso, conmovedor, desgarrador.Gracias.

Lía. dijo...

Bello y de aquello que cala hondo...
Un abrazo.-

Anónimo dijo...

No me preguntes por qué, pero he ido buscando este texto, como para reafirmarme,o para endurecerme.
No pretendo gran cosa. Sólo quería leerlo.

Aun se clava con la precisión de un bisturí. Aun leerlo produce un dolor que es sólo comparable al regusto amargo a injusticia histórica que desprende este texto.

Un beso.