Los pájaros no entienden el cristal; ese aire duro, violento, opuesto a su paso, que el hombre inventa para acotar el cielo. No, no es que lo rechacen, de ser así sus brillantes ojos se llenarían de resentimiento, mirarían con recelo ventanas y espejos y el odio iría drenándolos bajo el plumaje hasta resumirlos en livianas estructuras de rencor alado. Ya no serían aves, tan sólo ramilletes de hojas secas, flores muertas que el viento esparce y que un octubre cualquiera desaparecen en la tormenta.
Los pájaros no entienden el cristal y sí la reja.
4 comentarios:
Grande.
"Los pájaros no entienden el cristal y sí la reja". Bravo, Lau.
Para subrayarlo entero...y un diamante para romperlo; el cristal, quiero decir.
Genial. Me ha encantado.
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