7 de octubre de 2009

tu nombre empieza en mi


Me ensancho el pecho
para plantar tu nombre

empieza en mí
como la fe o el hambre
Me creces como el mar a media tarde
en dulce crepitar
en trazos blancos

Amamantando eclipses
enjabono mi pelo y me pronuncio
con tu nombre que no es mío
aunque me inunde
Amniótica y errante
tan pequeña
tus manos nuevas forman mi cintura
con su beso redondo
derramado

Te urges en mi espalda
te retuerces
se nos forjan las venas y las ansias
y la sonrisa abierta
y el desnudo

Exhausto de expandirte
te detienes
apenas a unos pasos del embate
nonatos
condenados a la vida

naciéndonos de golpe
sepultados
Imagen: Mauro (Gracias Mau)

3 comentarios:

Reina del Mango dijo...

No dejo comentarios más a menudo no porque no te lea, sino porque suelo quedarme así, sin muchas palabras, en general...

Mauro dijo...

...Sólo sé que no puedo decir nada.

Gracias, gracias a ti.

La paciente nº 24 dijo...

Te nacen los nombres a la medida de un cordón umbilical que crece en tu pelo, tal vez tu ubérrimo pecho arranque raíces con otras manos que son tuyas sin serlo, fertilizando tu sed hasta degollarte los truenos.


[Eres increíblemente tú]